viernes, 19 de noviembre de 2010

Alta Velocidad - Baja Eficiencia

Por muy convencido que se esté de que el ferrocarril es el transporte más limpio, más seguro y más rápido está claro que existe por tierra, hoy en día, hay una limitación y son las infraestructuras. Falta haría que se invirtiera en la construcción y mejora de las líneas férreas lo mismo que se lleva invertido en carreteras y autovías. Con ello se conseguiría un país mucho más competitivo, vertebrado y menos contaminante. Lamentablemente, esa es una asignatura pendiente que llevamos arrastrando desde el primer septiembre de nuestra realidad como país.

Es muy triste que a estas alturas de nuestra Historia sigamos cayendo en los errores del pasado. Ante la entrada en funcionamiento de las nuevas líneas de ferrocarril Madrid - Cuenca - Albacete y Madrid - Cuenca - Valencia, Renfe se cubre de nuevo de gloria anunciando un servicio Toledo - Madrid - Cuenca - Albacete.

Por supuesto que la intención es buena: unir tres de las cinco capitales de provincia castellanomanchegas por ferrocarril de alta velocidad sin hacer trasbordos. Sin embargo, el hecho de que se tenga que pasar por Madrid para unir Toledo (82000 habitantes) con Albacete (169000 habitantes) y no haya (ya) una línea ferroviaria directa que una estas dos importantísimas ciudades en línea más o menos recta (aunque la vía que va desde Valencia hasta Extremadura y pasa por Albacete y Ciudad Real serviría para tal efecto con un par de adaptaciones) demuestra que hemos copiado de nuestros antepasados ese anacrónico, vetusto, disfuncional e inútil esquema de líneas ferroviarias radiales.

Es absurdo que un albaceteño tenga que subir a Cuenca y detenerse en Madrid para viajar a Toledo a una velocidad aceptable cuando la orografía de la llanura Manchega permite (sin hacer mucha obra más) conexiones tipo Toledo - Albacete y Ciudad Real - Albacete sin desviarse en demasía de la recta que las une.

Para más inri, es vergonzosa la situación ferroviaria que está sufriendo la Capital Imperial desde que entró en funcionamiento la línea de Alta Velocidad que la une a la Capital del Reino porque hace que una capital de comunidad autónoma como lo es la Ciudad del Tajo sólo tenga conexión por tren con Madrid. Por suerte, los toledanos (y visitantes) verán a partir de ahora otro nombre en las pantallas aparte del de "Madrid Puerta de Atocha" lo cual es una buena noticia ya que significará que se abre a ellos un abanico de nuevos destinos. Nuevos destinos los que también les fueron vedados cuando, al construir su ramal de alta velocidad, el que lo une a Madrid, no lo hicieron integrándolo en la ya existente línea Madrid - Ciudad Real - Puertollano - Córdoba - Sevilla (- Cádiz ) / Málaga. Así, la ciudad de las siete colinas habría pasado a estar conectada directamente con Andalucía, la provincia de Ciudad Real y también habría disfrutado de los servicios en dirección a Aragón y Cataluña (pasando también por ciudad fantasma de Yebes, en Guadalajara, otra parada de los AVE en territorio Castellanomanchego).

Llega la Alta Velocidad a Valencia pero para unirla, una vez más, con el centro geográfico (más o menos), económico (a la vista está), político y, desgraciadamente (digo desgraciadamente por lo simplista y reduccionista del modelo) cultural de nuestro país. Dos grandes ciudades como lo son ésta del Turia y Zaragoza, que son capitales de sus respectivas comunidades autónomas y tienen una considerable área de influencia administrativa y logística, no tienen una conexión directa de calidad y con tiempos competitivos. Por no hablar de la separación entre las dos principales ciudades peninsulares de los territorios de habla catalana: Valencia y Barcelona tienen una conexión ferroviaria que tarda, en estos momentos, lo mismo que se tarda en ir de Barcelona a Madrid a pesar del vínculo cultural que han tenido ambas capitales desde hace siglos.

Se dibuja de nuevo un panorama en el que, para ir de Albacete a Zaragoza en tren hay que pasar, obligatoriamente, por Madrid (duplicando la cantidad de kilómetros que hay que hacer respecto a si se va por carretera); para ir de Ciudad Real a Toledo, el ferrocarril no es una opción plausible; encontramos más cómodo y fácil ir de Valencia a Zaragoza pasando por Madrid y haciendo transbordo que yendo por la vía directa, amén de otros desmanes como el tour manchego que tienen que emprender los que quieran ir de Almería a Valencia siendo más rápido pasar por Murcia, el hecho de que no haya una línea directa Lleida - Girona sin pasar por Barcelona, la falta de otro ferrocarril que una las regiones de la cornisa cantábrica aparte del FEVE (que te permite ir de Bilbao a Oviedo en tan solo 12 horas) y un largo et cetera que hemos heredado de aquél Bienio Progresista y poco eficiente en cuanto a lo que se refiere al ferrocarril.



Otro día, si queréis, hablamos de los precios.